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Termina la octava semana del juicio por el asesinato de Rafael Nahuel

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Hoy por la tarde finalizó la octava semana del Juicio por el asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel, acaecido el 25 de noviembre de 2017, muerto por balas reglamentarias en medio de un procedimiento de fuerzas de seguridad del Grupo Albatros ordenado por el Ministerio de Seguridad de la Nación y avalado por la Justicia Federal de entonces.

Esta semana trajo algo muy importante para las garantías de un buen proceso que derive en justicia, porque se fijó fecha y hora para la inspección ocular del lugar dónde fue asesinado Rafa.

El Tribunal Oral Federal de Roca decidió y dió a conocer oficialmente ayer que la inspección será el 24 de octubre a las 15 horas. El fiscal Rafael Vehils Ruíz fue quien solicitó la medida en la audiencia del 5 de septiembre y finalmente el Tribunal decidió confirmar el acto. La única parte que se mostró en desacuerdo con esta desición fue la de Marcelo Rochetti, abogado defensor de tres de los cinco gendarmes imputados en el crimen, quien se opuso por considerarla “extemporánea e innecesaria”. Recordemos que Rochetti presentó varios recursos antes de comenzado el juicio pidiendo cosas insólitas, hasta el apartamiento del presidente del Tribunal que juzga la causa, por ejemplo.

Lo cierto es que -más allá de la disidencia inusual de Rochetti- el 24 de octubre a las 15 horas se llevará a cabo la inspección ocular in situ en el lugar en el que fue asesinado Rafael

Esta semana de juicio comenzó el martes por la mañana cuando brindaron su testimonio cuatro testigos oculares, de los cuales tres estuvieron arriba de sus autos, sin poder descender y varados durante una hora en la ruta, por orden de la PSA.

En el caso de Jorge Aparicio, empleado del ACA de esa zona, declaró que ese día prestaba labor en la estación de servicio, cuando la PSA lo convocó como testigo para el operativo de desarmamiento. En este sentido declaró que estuvo toda la noche mirando como se le sacaba la munición a las armas y se hacía un recuento de las mismas. Cuando comenzó el recuento, Aparicio testimonió que vio que había muchas armas sin municiones. El procedimiento se realizaba, vaciando los cargadores y colocando las armas en cajas rotuladas.

En el caso de otro testigo, Alejandro Moller Poulsen, quién volvía del río Manso en auto, en la «zona del Mascardi» y no pudo descender del vehículo, solo pudo atestiguar que había una fila de personas uniformadas apuntando hacia arriba, que escuchó gritos desde arriba de la montaña. Moller Poulsen vio bajar una camilla precaria con una persona, la cuál dejaron un largo rato en la banquina, para luego subirla a una ambulancia.

El tercer testigo del día fue Pablo Javier Curlo, quien es administrador de un camping de la zona y recordó que iba con un contingente juvenil a hacer rafting en el río Manso. Según pudo recordar, hubo una cantidad importante de disparos. Además, recordó escuchar gritos y llantos de mujeres, “Gritaban: dejen de tirar, que mataron a uno…”. En la declaratoria previa expuso que vio sobre la ruta personal de prefectura apuntando hacia arriba y después vio que de la montaña descendían con el cuerpo de Rafa Nahuel y lo depositaron al costado de la ruta.

Pablo Camargo, otro testigo, guía de turismo, quien venía de festejar un cumpleaños, dijo recordar haber subido la música para que los adolescentes que viajaban con él “no escuchen los disparos” y que estos provenían desde la montaña. Camargo, quien había festejado el cumpleaños de su hija pocas horas atrás, dijo también que “Se escuchaba gente gritar, mujeres y llantos. Gritaban y pedían que no se dispare”.

SEGUNDA JORNADA DE LA OCTAVA SEMANA

Durante la jornada de hoy declaró primero Sergio Omar Ceferino Torres, trabajador del Hospital de Bariloche. Torres declaró que trabajaba en uno de los equipos de ambulancia para el Hospital Bariloche. “recuerdo que nos llamaron para una asistencia por un herido de arma de fuego. Íbamos con el Doctor Parodi, de chofer iba el señor Álvarez”, Torres amplió la declaratoria contando que “cuando llegamos al lugar esperamos y luego cuatro personas no uniformadas nos trajeron a alguien para asistir y estaba sin vida”. Dijo el testigo que “en ese momento nos avocamos a la asistencia de la persona y no le prestamos atención al entorno” pero que a pesar de ello recuerda “haber escuchado un par de detonaciones que venían de la zona boscosa previo a que nos trajeran al cuerpo y que “en el lugar había un gran numero de fuerzas de seguridad»

El segundo testigo del día es otra persona que brindó su testimonio como ciudadano presente en la zona en el día del hecho. Ricardo Enrique Rizzo declaró que él «llegaba de Buenos Aires al aeropuerto” y que fue hasta el ACA porque su cuñado es el dueño del café de ese local y brindpo una declaración muy clara y precisa: “(…) estando en el lugar veo que llegan fuerzas federales de todo tipo. Un miembro de rango alto nos pide autorización para utilizar el lugar para un procedimiento, utilizaron las instalaciones del lugar. Luego un efectivo de la PSA me pide que firme un acta en la que se esgrimian datos sobre un enfrentamiento y un muerto, yo me negé a firmar ya que le expresé que eso no lo habia visto, por lo cual se le agregó una Post data en la que se constataba que solamente habíamos estado en el lugar viendo el desarme y recoleccion de huellas digitales. Después trajeron a dos personas más, que firmaron el acta, que yo no conocía”. Aclara Rizzo que “(…) le proporcionamos a la PSA bolsas de residuos, bolsas de papel, en las que guardaban las armas, la ropa y los celulares de los prefectos, de hecho tengo dos fotos que hice en el lugar sobre ese momento»

El segundo de los testimonios del día fue el del sub oficial retirado de la Policía de Río Negro, Gerónimo Avelino Colitripay, quien fue preciso a la hora de dejar en claro que no participó del operativo: «(…) intervención nosotros no tuvimos ahi. Las Fuerzas Federales estaban apostadas ahí hace rato, pero yo estaba a 15 kilómetros del lugar con otro compañero, en el movil, y nos llega por radio lo que estaba ocurriendo y procedimos a acercarnos. Cuando llegamos le preguntamos a un efectivo policial federal si había habido un enfrentamiento y nos dijo que sí, pero arriba, en la montaña (…) luego de eso dimos información a superiores del hecho y nos ordenaron retirarnos hasta el Automóvil Club Argentino para esperar ordenes».

El siguiente testigo, el cabo primero Luciano Parra, de la Policía Federal Argentina, fue uno de los encargados de cortar el tránsito sobre la ruta aquel día. En su declaración consta que “(…) mi objetivo en ese lugar era estar sobre la ruta, estábamos en el movil que nos habían asignado para resguardar la seguridad de las personas que pasaban». Lejos de ser testigo presencial de cualquier acción directa ligada directamente a la escena propiamente dicha en la que asesinaron a Rafael Nahuel, Parra destacó que los testimonios de “enfrentamientos» le llegaron por cometarios hechos por radio: “(…) tipo 5 nos llega por radio que el personal de prefectura apostado en el cerro había visto gente por el cerro, y de repente escuchamos que había comenzado un enfrentamiento. En ese momento pasaron miembros de prefectura dirigiéndose hasta el cerro. Luego de un rato los prefectos bajaron (…) después de eso escuchamos gente bajar a los gritos diciendo que habían herido a uno, por lo tanto procedimos a cortar la ruta para resguardar la seguridad». Parra también expresó que vio a dos personas llevando a otra en brazos bajando desde la montaña y, como repentinamente apareció una camioneta de «una fuerza», no vio que pasó con esa persona.

Continuó con el testimonio José María Piazza, miembro del grupo especial de la Policía Federal Argentina (hoy retirado) quien primero manifestó no estar del todo seguro de saber por qué se lo había citado a declarar: «(…) no se por que me están citando, no recuerdo la causa» dijo. Una vez que le recordaron el motivo, expresó claramente que él no participó en ese hecho, que estuvo en el desalojo previo, donde asegura que no hubo ni por lejos un escenario de enfrentamiento armado, ya que, en sus propios dichos solo: “(…) arrojaron un objeto contundente y algunas piedras, no más de eso. No hubo gente herida ni lastimada”. Piazza reafirmó que no formó parte del peritaje ni de la inspección ocular el día del homicidio.

El último de los testigos fue Jorge Eduardo Saez, también Policia Federal. Asegura que lo que vió fue desde su puesto a la entrada del predio, sobre la ruta: «(…) yo estaba de servicio con un compañero en la entrada del predio que estaba en conflicto, haciendo guardia, el día de este suceso bajaron personas de la montaña gritando». Luego de ese suceso, el oficial cortó la ruta con el móvil que le asignaron. Expresó que no escuchó disparos.

Así terminó una de las últimas semanas de este juicio en el que, jornada tras jornada, se va desvaneciendo la posibilidad de consolidar desde lo testimonial/jurídico la idea de que haya habido un enfrentamiento entre las personas del lof Lafken Wigkul Mapu y las fuerzas de seguridad que -queda demostrado en la mayoría de los datos surgidos de las testimoniales- desplegaron una auténtica cacería en el cerro, disparando a quemarropa desde abajo hacia arriba, buscando abatir a las personas que iban corriendo cerro arriba.

Ahora solo resta escuchar apenas una quincena de declaraciones en esta maratónica saga de personas testificantes. El 10 y 11 de octubre las partes deberán finalizar la etapa de la prueba testimonial. Se supone que en la jornada de inspección ocular en Bariloche surgirán otros datos que revelen la naturaleza de este asesinato estatal de odio racial.

La Confederación continuará acompañando a la familia de nuestro peñi Rafael Nahuel y al Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro en la búsqueda por justicia.

Mariciwew!