fEYENTUN

EN LO QUE CREEMOS

CREENCIA
VIVENCIA
ESPIRITUALIDAD
FILOSOFÍA

Nuestro kuzaw (trabajo) constante como pueblo nos lleva cada día a la recuperación y el fortalecimiento creciente de nuestra cultura, de nuestra filosofía y de nuestro transcurrir socio político en el concierto de esta vida plurinacional en la que, constantemente, interactuamos con distintas maneras de interpretar el ejercicio de la vida. Entre todas esas acciones y sabidurías que se practican y fortalecen, el pueblo mapuce en la actualidad le da un sitio preponderante a un ejercicio ancestral que ocupa un espacio enorme en la vida de nuestras comunidades: Feyentun, nuestro sistema de ideas, creencias y acciones que vinculan el desarrollo de lo cotidiano con lo espiritual y con el conocimiento filosófico que regulan toda nuestra cosmovisión.

Feyentun es un eje vertebrador de todos nuestros conocimientos, de nuestras acciones en presente y de la proyección de nuestras ideas y acciones para el Kvme Felen, esa aspiración de buena vida que para nosotres no es un mero proyecto bienintencionado, sino un compromiso total asumido con ixofijmogen (todas las vidas en una, todo lo que vive y existe).

 

Bajo el punto de vista occidental tradicional, Feyentun casi siempre termina reducido a un concepto muy básico y se lo suele traducir como “religiosidad mapuche” o “religión mapuche”, pero designar en una idea así de simplista un cúmulo tan inmenso de kimvn (sabiduría, conocimiento) y de posibilidades concretas de azkintun (ejercer las miradas, los puntos de vista sobre lo que ese conocimiento nos plantea) es faltar a la verdad de lo que Feyentun en realidad y en su totalidad representa.

 

Si hubiera que hacer un listado de ideas que construyen Feyentun, podríamos decir que incluiríamos todos los conceptos espirituales que existen dentro de nuestra cosmovisión; diríamos también que incluye una suerte de distribución clara de roles sociales de acción dentro y entre las comunidades, porque para la concreción activa del Feyentun, para vivirlo, es necesario la acción mediadora de les logko, maci, pijan kuse, pijan wenxu y genpin, además de todas las personas que participan. 

Finalmente habría que incluir conceptos relacionados a lo que el pensamiento occidental llama “liturgias” y otras ciencias humanísticas denominan “ritos” o “ceremonias”, pues en Feyentun están contenidas todas las acciones (gejupun) ya sean éstas de agradecimiento, rogativas o para la necesaria comunicación con todas las fuerzas que viven. Las claves para entender cabalmente la totalidad de lo que Feyentun significa para el pueblo mapuce son varias. 

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la definición de religión no lo comprende, ya que en la cosmovisión mapuce no existen divinidades, sino fuerzas o energías (pu newen) y espíritus o poderes rectores de sus propios elementos (pu gen) que coexisten con pu ce (las personas), sus gvnen personales, y con todo lo que está vivo, porque en todo su conjunto -personas, elementos de la biodiversidad y fuerzas- conformamos el cíclico ixofijmogen. Por eso Feyentun no es religión, pues tanto en occidente como en oriente la religión es un concepto que busca autodenominarse como la única creencia válida y verdadera, compitiendo con los otros azkintun y tratando de negarlos hasta que desaparezcan.

Feyentun trasciende esta limitación y su corpus de creencias y acciones están inscriptos en el principio del Az Mapu, que es nuestro conjunto de leyes, creencias filosóficas y espirituales y tradiciones rituales basadas en nuestros conocimientos ancestrales y heredadas de nuestras personas antepasadas (fvtakeceyem).

Feyentun se vive como prioridad cada día y, consagrado en su práctica continua, nos consolida como pu lamgen (hermanos y hermanas) generando una cohabitación comunitaria de nuestras vidas: «kom inciñ kiñe mojfvñgeiñ, peñigeiñ, mapucegeiñ” (todes somos de una misma sangre, todes somos hermanes, porque somos mapuce, gente de la tierra).

En este sentido, quienes ostentan algún tipo de rol que occidente pudiera interpretar como de mera “autoridad” no generarán ningún tipo de subordinación con el resto de los miembros de su comunidad. 

Feyentun, al ser practicado, consolida une espíritu de comunidad lineal en jerarquías y circular en concepto esencial.

 

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