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Gejupun en Hiengueigual: La ceremonia que conecta al Pueblo Mapuce con su Territorio

En el paraje de Epu Pewen, perteneciente al Consejo Zonal Pewence, se lleva a cabo una ceremonia trascendental que encierra en sí misma la esencia y la conexión con el territorio mapuce. Hablamos del gejupun, una celebración que cobra vida en el lof Hiengueigual, ubicado en la ciudad de Aluminé.

Durante tres días, del 23 al 25 de febrero, cerca de 500 personas se reúnen con un propósito claro: prepararse para el resto del calendario mapuce y para el nuevo año wigka que comienza. Este encuentro no solo representa una reverencia a lo que se tiene y a lo que se anhela, sino que también funciona como un vínculo sagrado con las fuerzas de la naturaleza, conocidas como pu newen, que conforman la biodiversidad del lugar, a la que denominamos ixofijmogen.

Aunque conducida por el lof Hiengueigual, esta ceremonia invita a los lof vecinos que integran el Consejo Zonal Pewence, con el objetivo de fomentar el bienestar colectivo. La elección de la luna llena de febrero no es casual, ya que se basa en la creencia de la fuerza de esta fase lunar, que fortalece las acciones emprendidas durante el gejupun.

Las autoridades filosóficas del lof, encargadas de orientar la ceremonia, expresan su agradecimiento hacia las fuerzas naturales que les permiten llevar a cabo la ceremonia y les otorgan la fortaleza necesaria para prepararse. Este rol de guía se transmite de generación en generación, hasta que se decide traspasar la responsabilidad  a otro u otra integrante del lof que posee este conocimiento.

Durante la ceremonia, se pide por la lluvia y el agua para asegurar una buena cosecha y el sustento necesario. La salud de cada miembro del lof también es motivo del gejupunzugu, ya que se entiende que la salud está intrínsecamente ligada a la capacidad de sembrar, criar animales y alimentarse adecuadamente, el kvme felen, o buen vivir.

El ritmo del gejipun es intenso, con sólo breves pausas para las comidas. Sin embargo, al caer la noche, surge un momento de suma importancia: el gvxamkan, o la conversación. En este espacio, se comparte el conocimiento, se fortalecen los lazos intergeneracionales y se preserva la riqueza cultural transmitida por generaciones que han habitado estas tierras.

El Gejupun no solo es una celebración; es un acto de resistencia cultural, una afirmación de la identidad mapuce y un recordatorio de la estrecha conexión entre el pueblo y su territorio ancestral. En cada ceremonia, se renueva el compromiso de preservar y honrar las tradiciones que han dado forma a la cosmovisión mapuce a lo largo de los siglos.